jueves, 23 de marzo de 2023

Homero Aridjis

 

Anverso

No veo tu sonrisa entre mis labios

apurar la prolongada espera

en tu abandono de luciérnaga a la noche;

sólo tengo asida entre mis brazos

la inexpresable lucha

de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño

que empieza en la penumbra.

Sólo el afán de arañar las escamas de la tierra

y volcar la savia del origen

en tu canasto de riveras blandas,

para encontrarte a ti,

en el hueco de tus verdes plantaciones

como un todo revuelto entre mis manos.

Sólo mis párpados abiertos

confundidos en el incendio de absorberte

en tu acuario de humo,

bajo la soledad de unos cerebros desyelmados.

No veo tu presencia desdoblada

ahondarme y contenerme,

sólo mi furia de hombre

en las grietas de ti misma

persiguiéndote sin alcanzarte.

Sólo la noche posada en tus cabellos,

la noche raspándonos los ojos,

la noche uniéndonos y separándonos

como división eterna entre los cuerpos.

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