Según la Teoría Sociocultural de Vygotsky, el papel de los
adultos o de los compañeros más avanzados es el de apoyo, dirección y
organización del aprendizaje del menor, en el paso previo a que él pueda ser
capaz de dominar esas facetas, habiendo interiorizado las estructuras
conductuales y cognoscitivas que la actividad exige. Esta orientación resulta
más efectiva para ofrecer una ayuda a los pequeños para que crucen la zona de
desarrollo proximal (ZDP), que podríamos entender como la brecha entre lo
que ya son capaces de hacer y lo que todavía no pueden conseguir por sí solos.
Los niños que se encuentran en la ZDP para una tarea en
concreto está cerca de lograr poder realizarla de forma autónoma, pero aún les
falta integrar alguna clave de pensamiento. No obstante, con el soporte y la
orientación adecuada, sí son capaces de realizar la tarea exitosamente. En la
medida en que la colaboración, la supervision y la responsabilidad del
aprendizaje están cubiertas, el niño progresa adecuadamente en la formación y
consolidación de sus nuevos conocimientos y aprendizajes.
La metáfora del andamiaje
Son varios los seguidores de la Teoría Sociocultural de
Vygotsky (por ejemplo: Wood, 1980; Bruner y Ross, 1976) que han sacado a
colación la metáfora de los ‘andamios’ para hacer referencia a este modo de
aprendizaje. El andamiaje consiste en el apoyo temporal de los
adultos (maestros, padres, tutores…) que proporcionan al pequeño con el
objetivo de realizar una tarea hasta que el niño sea capaz de llevarla a cabo
sin ayuda externa.
Una de las investigadores que parte de las teorías
desarrolladas por Lev Vigotsky, Gail Ross, estudió de forma práctica el
proceso de andamiaje en el aprendizaje infantil. Instruyendo a niños de entre
tres y cinco años, Ross usaba múltiples recursos. Solía controlar y ser ella el
centro de atención de las sesiones, y empleaba presentaciones lentas y
dramatizadas a los alumnos con el objetivo de evidenciar que la consecución de
la tarea era posible. La doctora Ross se convertía así en la encargada de
prever todo lo que iba a ocurrir. Controlaba todas las partes de la tarea en
las que trabajaban los críos en un grado de complejidad y magnitud
proporcionado a las habilidades previas de cada uno.
El modo en que presentaba las herramientas u objetos que era
objeto de aprendizaje permitía a los niños descubrir cómo resolver y
realizar por sí mismos la tarea, de un modo más eficaz que si sólamente se
les hubiera explicado cómo solucionarla. Es en este sentido que la Teoría
Sociocultural de Vygotsky señala la “zona” existente entre lo que las personas
pueden comprender cuando se les muestra algo frente a ellas, y lo que pueden
generar de forma autónoma. Esta zona es la zona de desarrollo próxima o ZDP que
antes habíamos mencionado (Bruner, 1888).
Teoría Sociocultural: en contexto
La Teoría Sociocultural del psicólogo ruso Lev Vygotsky
tiene implicaciones trascendentes para la educación y la evaluación del
desarrollo cognoscitivo. Los tests basados en la ZDP, que subrayan el potencial
del niño, representan una alternativa de incalculable valor a las pruebas
estandarizadas de inteligencia,
que suelen poner énfasis en los conocimientos
y aprendizajes ya realizados por el niño. Así pues, muchos niños se
ven beneficiados gracias a la orientación sociocultural y abierta que
desarrolló Vygotsky.
Otra de las aportaciones fundamentales de la perspectiva
contextual ha sido el énfasis en el aspecto social del desarrollo. Esta
teoría defiende que el desarrollo normal de los niños en una cultura o en un
grupo perteneciente a una cultura puede no ser una norma adecuada (y por tanto
no extrapolable) a niños de otras culturas o sociedades.
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